He tenido variedad de anécdotas ya sean tristes, chistosas, vergonzosas y demás con mi familia. En esta anécdota tuvimos de todas las etapas, fue el día que fuimos a conocer la piedra de Huixtla.
Días antes una tía ya tenía organizado todo y solo nos comentó para que igual nos preparamos para la caminata y los obstáculos, porque no sabíamos que tan complicado estaría la subida. Un amigo de mi papá ya había ido y nos acompañó para que fuera el guía, desde las 7 am estábamos en camino, nos fuimos en carro particular hasta llegar a una colonia en la que ya el carro no podía subir con mucha gente, ahí empezamos a caminar una gran subida, varios se resbalaban y de la risa ya no podíamos subir hasta que se nos pasaba, mi tía que comenté al inicio era la mayor pero ella era la que hasta adelante iba, le costaba pero no se daba por vencida.
Al llegar a un tipo parquecito o estancia en donde hay comedores nos pusimos a desayunar un pollo, era un lugar bastante ventilado con aire fresco pero ya era la hora en la que empezaba a salir el sol fuerte, ya que terminamos empezamos a trepar unas escaleras y tipo montañas mínimas, fue muy divertido porque a la mayoría nos costó, fue una experiencia bonita y que se queda en nuestros recuerdos.
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